La tarde del 31, cientos de personas recorreran las calles de la localidad para celebrar otro año que se va con deporte, demostrando que en el municipio está más que en auge.
Ya se ven por las tardes y noches, aunque el frío sea el protagonista, a los arletas de la villa que preparan una edición de la San Silvestre. La carrera organizada por el Club Atletismo Cuéllar es una tradición muy consolidada y que, con los años, no gana más que adeptos. Ya se presentó en la gala de los Premios al Deporte, de manos de un colaborador muy implicado, Ángel Carlos Hernando, y del concejal de Deportes, Luis Senovilla. Ambos coincidieron en que esta tendencia a la alta es motivo de felicitación entre los cuellaranos, que ya rondan una participación de en torno a los 400 corredores en años anteriores. Se espera que este año, siguiendo esta tónica ascendente que solo se ha visto truncada por el mal tiempo y la lluvia, haga llegar a los 400 para celebrar esta fiesta del deporte el último día del año.
El Club Atletismo Cuéllar trabaja ya para que todo esté predispuesto esa tarde. Como siempre, las inscripciones se abrirán el mismo día 31 sobre las 16.00 horas en el salón de plenos del Ayuntamiento de Cuéllar. Allí se hará entrega de los dorsales. La Plaza Mayor comenzará a llenarse de ambiente sobre las 17.00 horas, hasta que a las 18.00 horas efectúen la salida los participantes en la categoría de menores. Seguidamente, a las 18.15 horas, lo harán los de la categoría absoluta, y se espera que todos contribuyan a una carrera llena de humor. Los disfraces navideños nunca faltan, las mascotas o los padres más atrevidos que corren con sus hijos. De eso se trata, de celebrar el último día del año con una prueba competitiva pero sin ese carácter tan disciplinado; el objetivo es pasarlo bien y llenar las calles de color, siguiendo una tradición deportiva que además siguen muchos grupos de amigos. No obstante, la carrera exige forma física dado su recorrido, por lo que los que estén pensando en participar seguirán estos días entrenando por las frías calles de la villa.
Fuente: El Adelantado
Texto y foto: Chantal Núñez